EL DIARIO EL COMERCIO Y LA MARCHA POR EL AGUA
(13 de febrero de 2012)
Por Miguel Aragón
El diario El Comercio y la Marcha por el Agua se ubican en los dos polos de la contradicción principal de la sociedad peruana.
La reciente Marcha por el Agua representa a un amplio sector del pueblo peruano, mientras que el diario El Comercio representa y es el principal vocero de los intereses de la clase dominante en el Perú.
La culminación y el Acto Central de la Marcha por el Agua se realizó en la ciudad de Lima el viernes 10 de febrero. Ese era el Tema de Actualidad y esa era la noticia más importante del último fin de semana.
Sin embargo, para los propietarios del diario El Comercio, que acostumbran presentarse como los abanderados del “periodismo serio”, de “la verdad” y de la “defensa de la libertad de prensa”, en su edición del sábado 11 la noticia de la Marcha por el Agua fue relegada a un tercer plano, minimizando su importancia, y por lo tanto desinformando y engañando burdamente al público lector.
En esa vergonzosa edición del sábado 11, día siguiente de la Marcha por el Agua, el diario El Comercio colocó en primera plana la información de la persecución en el Alto Huallaga, de Florindo Flores Hala, más conocido como el “camarada Artemio”. En el extremo inferior de la primera plana una nota muy pequeña anotaba “La marcha del agua tiene un contenido político”, dice Santos, indicando que la noticia se encontraba en la página 10. El espacio dedicado a Florindo Flores ocupaba más del 70% de la primera plana, y toda la página preferencial a2. Mientras que el espacio dedicado a informar sobre la Marcha del Agua solamente cubría menos del 3% de la mencionada primera plana, y la mitad de la postergada página a10.
Esa es una de las características de la “libertad de prensa” que tanto se pregona en el país. Así se manipula la información periodística, así se maneja la opinión pública en el país, sin el más mínimo respeto a “la verdad” y la “seriedad informativa” que tanto pregonan sus propietarios y directores.
El grupo periodístico El Comercio es el más poderoso en el país, controla varios voceros para llegar y satisfacer a todos los niveles de ingresos económicos y a todos los gustos de la población lectora, incluyendo El Comercio, Gestión, Perú 21, El Trome, Canal N, América Televisión, y además tiene acciones en otros medios periodísticos.
Si la edición del sábado 11 fue una expresión vergonzosa del periodismo en el país, mucho más lo fue la versión dominical del programa televisivo Cuarto Poder que se trasmitió por América Televisión el día domingo 12. Más de la mitad del programa estuvo dedicado a informar sobre la supuesta captura de Florindo Flores, que más parece una entrega, como en su momento fue la entrega concertada de Abimael Guzmán en el año 1992. (La mayor parte de la segunda mitad del programa dominical fue ocupada por los entretelones del juicio a la cantante Abencia Meza, diluyendo de esa manera la necesidad de informar la trascendencia de la Marcha por el Agua).
La facción “gonzalista” del Partido Comunista del Perú y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, desde el inicio de sus acciones subversivas en la década de 1980 han cumplido una muy útil función diversiva al servicio de los objetivos políticos de la clase dominante, que se guía según los planes tácticos de los “conflictos de baja intensidad” promovidos a nivel continental como forma de preparación y entrenamiento antisubversivo permanente de los ejércitos.
La clase dominante se preocupa, y realmente solo teme a las acciones de las luchas de masas, mientras que las acciones subversivas de pequeños grupos marginales, como el PC del P y el MRTA, no le preocupan en lo más mínimo. Por el contrario, la propia clase dominante los promueve, magnifica, exalta, y los utiliza como pretexto para recortar los derechos fundamentales, desacreditar y reprimir indiscriminadamente las justas movilizaciones y luchas de trabajadores y pobladores.
Toda la década de 1980 y gran parte de la década de 1990, esos dos grupos subversivos cumplieron a cabalidad la tarea que les había asignado la clase dominante. Ahora, cuando amplios sectores de la población, y desde hace diez años, nuevamente se vienen organizando y movilizando en defensa de sus derechos fundamentales, la clase dominante vuelve a utilizar a algunos de esos pequeños grupos para desorientar y distraer la atención de la opinión pública. Una nueva muestra de esa táctica política es la utilización de la captura de "Artemio" para minimizar la importancia de las demandas planteadas por amplios sectores de la población en la Marcha del Agua.
La Marcha del Agua iniciada en la provincia de Celendín – Cajamarca, el día 01 de febrero, después de pasar por varias provincias del norte del país, llegó a Lima con una modesta representación provinciana para estar presente en el Acto Central del viernes 10. Este acto central, más que una acción de carácter nacional, hay que reconocer que ha sido una acción de solidaridad de amplios sectores de la población limeña con los pobladores de Cajamarca. Para ser objetivos, tampoco tenemos que sobrevalorar los acontecimientos.
Según la mayoría de observadores que lograron ubicarse en los pisos altos de algunos edificios céntricos, en determinado momento la Marcha del Agua en las calles de Lima logró ocupar una longitud de 10 cuadras continuadas, aproximadamente un kilómetro colmado por un contingente muy ordenado pero poco denso, lo cual nos hace estimar que en esta calurosa movilización veraniega por lo menos asistieron entre 24 mil o 27 mil personas, que luego ocuparon y llenaron uno de los cuadrantes de la Plaza San Martín. (La última concentración que recordamos en esa plaza fue organizada por la Confluencia Social con motivo de las elecciones municipales de octubre de 2010, oportunidad en la cual aproximadamente 15,000 personas ocupamos en forma apretujada, durante esa fría noche primaveral, la mitad del cuadrante ubicado frente a los balcones del Hotel Bolívar. Ahora con motivo de la Marcha por el Agua los participantes han ocupado un cuadrante completo, pero la densidad ha sido menor, por eso estimamos una asistencia próxima a 24 mil o 27 mil personas).
El diario El Comercio en la página 10 de su edición del día 11, precedió la información con el siguiente subtítulo “Cientos de personas se congregaron en la plaza San Martín, donde se armó un estrado, para cerrar los nueve días que duró la marcha del agua. Dirigentes antimineros señalaron que iniciativa se financió con donaciones”. Y en una de las fotografías que acompaña la información se lee “CONGESTION. Cientos de vehículos que transitaban por el Centro de Lima fueron afectados y estuvieron detenidos por más de una hora”.
Analicemos las descaradas incoherencias de la información del “serio” y “respetable” diario El Comercio. Si la marcha congregó, como informaron ellos, a solamente “cientos de personas”, quiere decir que no llegaban ni siquiera a mil, pero sin embargo según sus propias palabras lograron “congestionar a cientos de vehículos”. Por otro lado “cientos de personas” nunca lograrían ocupar una longitud de 10 cuadras como han informado varios observadores que estuvieron presentes en la movilización.
La Marcha por el Agua, así como la forma como fue organizada, dirigida y comentada, ha planteado muchos problemas que merecen ser comentados con mayor atención, así como ha dejado muchas lecciones por asimilar. El debate sobre los temas planteados, necesariamente ingresará a una nueva etapa, y sus conclusiones obligarán a replantear más de una opinión improvisada y divulgada muy a la ligera en los últimos días. Volveremos comentando sobre estos temas relacionados con la última marcha, que será preludio de las grandes movilizaciones de masas que se están preparando para los meses de abril-mayo-junio. Otro motivo más para preocuparnos seriamente por extraer lecciones de la última acción de masas.
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