Estado y lucha de clases en la Amazonía
El caso de Bagua
Por Guillermo Yucra
Panorama histórico de la evolución de la amazonia peruana
Nuestra amazonía durante las etapas de la historia inkaica y colonial peruanas, ha permanecido prácticamente impenetrable a las políticas expansionistas de sus respectivos regímenes sociales de producción, debido en lo fundamental a la tenaz lucha y resistencia de los pueblos amazónicos, y también al carácter agreste, de difícil acceso la frondosa vegetación y al interior de las cuencas de los ríos, de esta inmensa región de la floresta amazónica.
Hoy en día sabemos que el Tahuantinsuyo se asemejó más a una confederación de pueblos andinos y señoríos costeños sometidos al control de una cultura hegemónica: la Inka; la cual logró asimilar para su proyecto integrador a diversas poblaciones ubicadas entre la franja costera y la ceja de selva amazónica. A pesar de la expansión territorial y el acelerado crecimiento del régimen autocrático inkaico, durante todo el siglo XV, no se llegó a consolidar en este espacio atravesado por la Cordillera de los Andes, una unidad exenta de sublevaciones como las que protagonizaron los huancas en la región de la sierra central. (1) Ni que hablar de las poblaciones amazónicas, las que fueron una barrera infranqueable para la dominación Inka. Tal como en el caso de los Chachapoyas que, a la llegada de los españoles, no dudaron aliarse con estos y junto a los huancas para liberarse del sojuzgamiento inka.
Durante la etapa del Virreynato, las expediciones militares de colonización españolas resultaron infructuosas en su incursión a la vasta región de la Amazonía. Toda la tecnología militar y la amplia experiencia de los colonizadores en su guerra de reconquista española, fueron insuficientes para someter a los pueblos amazónicos. Salvo algunas misiones religiosas como los dominicos y principalmente los jesuitas, a través de la evangelización lograron organizar a estas tribus indígenas en poderosos núcleos de producción basados en la organización colectiva y alentados por la concepción humanitarista de un proteccionismo paternalista, lograron capitalizar para sus propósitos al factor humano indígena. Es de precisar que su alcance fue limitado y además establecido socioeconómicamente como un dominio aparte, estas misiones se convirtieron desde los primeros años del siglo XVII, en verdaderas cruzadas religiosas de cristianización y de catequización que, cumplieron una importante labor para los fines de administración política del Virreynato, aunque incongruentes con la economía feudal que desarrollaba la metrópoli española. En los aspectos religioso, político y económico asumieron asombrosamente una labor pionera. Es destacable también la misión educadora que ejerció esta Compañía de Jesús a través de su escuela bicultural de tipo evangelizador en la que se impartía enseñanza a los niños y niñas de los pueblos indígenas. La aplicación más avanzada de esta experiencia misional se llevó a cabo con los indios guaraníes del Paraguay. (Ver película La Misión) La expulsión de esta orden religiosa se da en el año de 1786. Las implicaciones de este suceso guardan relación con la trágica devastación de esta obra misional de más de un siglo de existencia. Los numerosos pueblos indígenas se encontraron a merced de un total desamparo. La consiguiente despoblación de las misiones redujo a los pocos indígenas que quedaron, a una condición de vida miserable. La huida de los indígenas hacia el interior de la Amazonía, se convirtió en la salida forzada para escapar de los trabajos de explotación servil a los que fueron sometidos.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, en la región amazónica empiezan a emerger las nuevas formas comerciales enlazadas precariamente al embrionario nacimiento del capitalismo, el cual toma como base mercantil para su inserción, al sistema de trueque empleado por los nativos en sus transacciones. En este escenario la figura del regatón adquiere un rol importante, sobre todo como elemento que forma parte de la inmensa red de intermediarios comerciales que es consustancial al desarrollo de nuestro capitalismo dependiente. Con el cambio de siglo adquieren mayor relieve sus métodos de comercialización basados en el trueque y en la habilitación. Se extiende progresivamente un mercado en la que el regatón juega un papel clave, articulador del intercambio comercial a través de las cuencas y ríos que albergan a los pueblos indígenas. Al respecto, es elocuente la cita que hace en su libro Jesús San Román, extraída de la Historia de la Misiones de Fieles e Infieles del Colegio de Propaganda Fide de Santa Rosa de Ocopa, de 1883:
“La plaga más funesta que en todas épocas han debido sufrir los misioneros, nos referimos a cierta clase de viajeros que introduciéndose en las conversaciones con objetos comerciales… Así procuraban hacerlos los que traficaban en el Ucayali, porque conociendo que los misioneros impedían sus desórdenes inmorales y su injusto y tiránico modo de comerciar con aquellos infieles, a quienes los padres miraban como a sus hijos, se unieron con los gobernadores para calumniar a dichos padres”.
Como lógica consecuencia de los procesos de colonización de la administración imperial española, se suscitaron una serie de rebeliones indígenas en la Amazonía tal como la de los Quijos en el siglo XVI y la de los Maynas en el siglo XVII. (2, Revisar texto Amazonía del Perú, Waldemar Espinoza) Sin embargo, la rebelión indígena de mayor resonancia, fue sin lugar a duda, la que dirigiera el líder asháninka Juan Santos Atahualpa en el año de 1742. Por su impacto se le considera como una de las epopeyas de mayor significación y trascendencia, la que además se inscribe victoriosa en las páginas de esta historia sublevante. Este es el primer momento en que las luchas de estos pueblos adquieren una proyección panamazónica, que incluso lograra gestar una alianza con los pueblos quechuas. Nunca se supo el destino de este invencible líder amazónico que desapareció sin ser derrotado por las huestes españolas, y que incluso se adelantara al levantamiento de Tupac Amaru, ocurrida muchos años después, en 1780. Lo cierto es que esta rebelión que tuvo como epicentro la región de la selva central, logró expulsar de esta zona durante 100 años a los invasores españoles. (Revisar texto sobre rebeliones campesinas en la selva central) A tal punto que recién en el año de 1860 aparecen los primeros colonos de europeos: italianos, alemanes, peruanos, etc. Durante un siglo, esta agreste región se cerró a la penetración de la cultura occidental. (3)
Con el advenimiento de la etapa republicana, el crecimiento y desarrollo de las relaciones sociales de producción capitalistas, se posibilitan de forma paulatina la aplicación de las políticas de expansión y dominación, en la vasta región oriental. Han sido diversos los modos de explotación del trabajo y la naturaleza, pero todos ellos guiados por la voracidad extractiva de las materias primas. En un primer momento la fiebre del oro que alentara la extracción de este mineral en los ríos de Madre de Dios. Luego, la explotación del caucho principalmente empleada como insumo de la industria del jebe y la industria automovilística, durante un período que abarca aproximadamente tres décadas (1880-1910).
Desde fines del siglo XIX se ingresa a este nuevo ciclo económico conocido como del caucho o del oro negro. Durante ese lapso cambia radicalmente el panorama de la realidad de la Amazonía. Datos estadísticos señalan que la exportación del caucho se incrementó significativamente de 540,529 kgrs. en 1884, a 4’500,000 kgrs. en 1910. A continuación proporcionamos algunas estadísticas que nos ilustran por estos años, la evolución de la exportación de este recurso:
Estadística* de Gomas Elásticas exportadas a Europa y Estados Unidos desde el año 1884 al año 1905
Años | Cantidad en Kgrs. |
1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 … … 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 | 540,529 714,161 1’142,046 699,829 465,722 675,000 1’095,625 1’282,841 1’336,561 1’153,282 … … 993,635 2’246,967 1’236,550 1’684,202 2’089,997 2’188,157 2’492,896 |
*Fuentes, H. Loreto. Apuntes geográficos, históricos, estadísticos, políticos y sociales. Tomo I, p. 267.
Como habíamos mencionado, en el año de 1910 se llega al pico más alto en la exportación del caucho. Al año siguiente, en 1911, las exportaciones caen súbitamente, a pesar de la demanda que se había generado en el mercado internacional. De esta forma, se llega al fin de este ciclo económico por la fuerte competencia de las colonias inglesas y holandesas. Malaos, Indonesia y otros lugares del Asia, fueron los nuevos mercados de abastecimiento para los capitales ingleses y europeos. La caída de los precios fue inevitable. La apertura de estos nuevos mercados abarataron los costos de producción. Con ello se produjo la maximización de las ganancias del capital. La economía del caucho en la selva se desplomó. (Revisar literatura sobre el ciclo económico del caucho) No hubo siquiera tiempo para amortiguar las consecuencias de esta crisis de conmociones catastróficas, es más nunca se previó este desenlace. José Carlos Mariátegui resume con las siguientes palabras la crisis de recesión que siguió a este período del boom económico:
“El valor de la montaña en la economía peruana no puede ser medido con los datos de los últimos años. Estos años corresponden a un período de crisis, vale decir a un período de excepción. Las exportaciones de la montaña no tienen hoy casi ninguna importancia en la estadística del comercio peruano; pero la han tenido, y muy grande, hasta la guerra. La situación actual de Loreto es la de una Región que ha sufrido un cataclismo”.
Sin duda, la visión cortoplacista de la burguesía que se había afincado comercialmente, favoreció el nacimiento de una economía de rasgos extractivos en la que la región selvática se convirtió en enclave económico del capital inglés. Eran los últimos estertores de su dominio imperialista, que comienza ya a ceder paso al capital norteamericano. El auge y caída de la exportación del caucho de la Amazonía coincide con el desplazamiento del centro del poder mundial del inglés al norteamericano, hecho de hondas repercusiones económicas y políticas para el orbe latinoamericano.
Como hemos podido apreciar en el esquema anterior, en la base de este sistema de explotación económica y social se encuentra el peón cauchero que en su mayor parte estaba conformado por los indios nativos de los pueblos originarios. En la cúspide hallamos a los grandes consorcios extranjeros que tenían las más altas ganancias por los altos intereses que los beneficiaban. Paralelo a este desarrollo de una economía de enclave-primario-exportadora, se consolida una economía consumista importadora de productos alimenticios, a raíz de la caída de la producción agrícola de esta zona. Como era de esperarse los beneficios de la explotación cauchera revirtieron directamente hacia el capital europeo. De esta forma, se evaporó la ilusión del caucho que es a la prosperidad falaz de nuestro período de la explotación del guano y el salitre que precedió a la crisis de la guerra del pacífico.
El boom económico del caucho nos ha revelado hasta que punto el país se encontraba profundamente fracturado, escindido, dividido, tan falto de un proyecto integrador. La expansión de la explotación del caucho sólo ha sido posible bajo dos condiciones necesarias: 1) la expropiación de los territorios de las comunidades nativas, principalmente las asentadas en las riberas de los ríos y cuencas; y 2) el sometimiento esclavo de la fuerza de trabajo indígena. En ambos casos el Estado peruano actuó como un instrumento de dominio colonial, testaferro de los intereses del capitalismo inglés y de sus socios intermediarios agrupados a través de las casas comerciales (citar las formas de conexión al capital inglés y europeo, además de los mecanismos comerciales de explotación, la cadena de la explotación comercial, pág. 139) y los fundos gomeros (casas hacienda) que tanto proliferaron durante este período. (consignar estadísticas sobre la cantidad de fundos gomeros existentes)
Posteriormente, ya en pleno siglo XX el capital incursionó en la explotación petrolera, gasífera, forestal y de producción de cocaína para su exportación.
El ciclo económico de la producción de cocaína, también denominado como del oro blanco, merece aquí especial tratamiento por la apertura de una nueva demanda global que, tiene en el futuro más inmediato al país de China como el mercado de mayor consumo de drogas ilegales (incluidas la heroína, el hashís y las metanfetaminas), desplazando a Estados Unidos que cuenta actualmente con 20 millones de consumidores de cocaína en promedio. Otra razón de fuerza, estriba en la importancia del “éxito geopolítico” de la guerra contra el narcotráfico y las drogas que, ha posibilitado un posicionamiento estratégico del imperialismo norteamericano en zonas clave donde se disputa el control de fuentes de energía y recursos naturales. Los casos de Irak, Afganistán y Colombia son bastante emblemáticos. Este último por encontrarse en Sudamérica y ser miembro de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), uno de los países que junto a Ecuador, Perú, Brasil, Venezuela, Bolivia, Guyana y Surinam, cuentan con territorio amazónico que como sabemos concentra el 20% del total de agua dulce que hay en el mundo. Actualmente Estados Unidos mantiene una activa estrategia de control geopolítico en América del Sur, donde Colombia tiene un papel protagónico. En lo que va del Plan Colombia o Plan Patriota, se ha invertido la astronómica cifra de 6 billones de dólares. En el año 2009 se asignaron 419’714,053 millones de dólares. Es la mayor cantidad de dinero que se ha destinado en ayuda militar a un país del hemisferio occidental. La magnitud de estas cifras nos revelan hasta que punto las claras intenciones geopolíticas del país del norte se reservan para la Amazonía sudamericana.
Un primer momento de este nuevo ciclo económico que prospera en el país, en un lapso aproximado de 14 años, durante las dos últimas décadas del siglo pasado, nos remonta a los años 70. Después de la Guerra de Vietnam y como una de sus consecuencias se genera en Estados Unidos una inesperada demanda masiva de este producto que tiene como insumo a la hoja de coca, desde ya demonizado como ilegal. En adelante se observa un crecimiento vertiginoso de su producción. Una multiplicidad de factores explican este fenómeno, los más importantes: la explosión demográfica, los procesos migratorios y la crisis de la estructura productiva agraria que hace agua primero en la selva baja en los años 70; y, luego, se hace extensiva a la selva alta en los años 80, para finalmente colapsar en toda la región de la selva, en la década de los 90. Entre 1980 y 1986 la superficie cultivada de hoja de coca se incrementó de 67,862 has a más de 200,000 has, según algunas estadísticas. Podemos apreciar en el siguiente cuadro, otros datos estadísticos de este mismo rubro de producción entre los años de 1979-1986:
Producción de coca en hoja 1979-1986
AÑO | Superficie cultivada (has) | Producción TM | VBP (millones US$) |
| | | |
1979 | 32,939 | 75,760 | s/i |
1982 | 48,611 | 111,805 | 760 |
1984 | 63,010 | 144,923 | 478 |
1986 | 81,675 | 187,852 | 751 |
FUENTE: Web y Lamas 1987.
Aún con estas cifras moderadas observamos un incremento significativo de la producción de hoja de coca que, está en directa relación con la crisis agraria que impactó la selva alta en los años 80, especialmente en el Alto Huallaga, en la región de San Martín. En los primeros años de esta década hay un repunte de la producción agrícola, debido en lo fundamental a la política crediticia sostenida por el Estado. El segundo Gbno. De Belaúnde se había trazado convertir la selva alta en la “despensa alimentaria del país”. En la base de este sistema de producción alimentaria se encontraban los cultivos comerciales como el arroz y el maíz amarillo duro. La agresiva política de construcción de carreteras de penetración buscaba priorizar este objetivo. Sin embargo, estos esfuerzos por impulsar la actividad agrícola resultaron insuficientes. Muy pronto este sistema estatal de promoción agrícola se resquebrajó por diversas razones como explica Jesús San Román: “bajos precios, pago tarde, mal y nunca a los productores por parte de los entes del Estado, deficiente sistema de comercialización y restricción drástica del crédito”, pero principalmente porque la solución que se buscaba, no tocaba las cuestiones de fondo en que este radicaba, como el relacionado al tema vigente y crucial del problema de la tierra. La aplicación de la fórmula liberal basada en la división de la tierra en peuqña propiedad, terminó por llevar a la ruina la economía agraria de la Amazonía. (Revisar balance y testimonios consignados por Róger Rumrrill, Amazonía Peruana) De esta forma, se comenzaron a crear las condiciones para la migración de miles de campesinos empobrecidos a las zonas cocaleras del Valle del Alto Huallaga. La producción de hoja de coca se despuntó, lo cual produjo una bonanza económica en la zona, por los exorbitantes precios de la cocaína en el mercado internacional, hasta de dos mil dólares el kilo de PBC. El Valle del Alto Huallaga se convirtió en la “capital mundial de la coca”, principal centro productor del 65% del total de cocaína que se consumía en los Estados Unidos. Las oleadas de violencia que se generaron a raíz de la guerra interna que estremeció el país, tuvo en esta región uno de sus principales teatros de operaciones, en la que el Estado, los grupos armados (SL y MRTA) y el narcotráfico, propiciaron una situación altamente conflictiva. La política antidrogas fue en manos del Estado un instrumento de control geopolítico en el contexto de las guerras de baja intensidad. Esta fue la razón principal por la que los sembríos de coca se desplazaron a la selva baja, especialmente en Ucayali, el Bajo Huallaga y el Putumayo. Desde el punto de vista de la erradicación de cocales que esgrime esta misma política antidrogas, los resultados han sido negativos. La superficie cultivada de coca se incrementó en la década de los 90, precisamente en el período en que más incisivamente se hacía uso de esta política. La fórmula de ajuste estructural aplicada durante el Gbno. De Fujimori, desestructuró la languideciente economía productiva de la Amazonía. La doctrina neoliberal impuso las condiciones del todopoderoso mercado. La economía de la coca se favoreció con estas políticas desreguladoras y de liberalización. Las repercusiones fueron inmediatas. Una masiva expansión de la producción de la coca comenzó a abarcar toda la región amazónica.
Como en todos estos casos que hemos pretendido abarcar sucintamente, al indagar por los orígenes y la evolución de la producción de la hoja de coca y cocaína en el Perú, se ha constatado rotundamente los fracasos que sucesivos gobiernos han sostenido en materia de políticas de Estado para dar solución al problema agrario.
Finalmente, debemos considerar la biopiratería como el robo sistemático del banco genéticos de conocimientos que milenariamente preservan desde nuestra biodiversidad las culturas amazónicas. La biopiratería es una de las más antiguas formas de explotación de nuestros recursos que prácticamente ha pasado desapercibida durante siglos, pero que hoy en día cobra mayor relieve adquirir conciencia de este problema, sin duda, debido fundamentalmente a la crisis sistémica del Capitalismo que amenaza con la total destrucción de nuestros entornos naturales. La recuperación de una conciencia ecológica en la humanidad encuentra en nuestra Amazonía una de sus fuentes inagotables para desarrollar sustentablemente la tradición histórica de conservación de la naturaleza que, han aplicado con sabiduría nuestros pueblos.
Estado peruano y Comunidades Nativas. Aproximaciones al caso de Bagua.
Variadas han sido las formas –y lo siguen siendo- en que el capital se ha ido adaptando a las condiciones particulares de nuestros desarrollos civilizatorios y culturales. De esta nueva dinámica que irrumpiera históricamente, se ha ido configurando a través de procesos violentos y conflictivos una nueva realidad en la que emerge el establecimiento de una sociedad de carácter dependiente.
En todos estos casos, el objetivo que siempre se ha perseguido ha sido siempre la expropiación de las tierras pertenecientes a las comunidades nativas. Con ello se ha buscado desmantelar la forma colectiva de su organización, aquella que es el fundamento de su derecho a la tierra, desde hace más de cinco siglos. Con el transcurrir del tiempo, las comunidades nativas se han llegado a constituir en el principal freno para el avance voraz de la explotación capitalista. De ahí el interés que exista por promover métodos cada vez más violentos y represivos que intensifiquen la desestructuración de toda forma de organización comunal en que estas se asientan y desarrollan, tal como lo han constatado los sucesos acaecidos durante las tres últimas décadas, en los cientos y miles de comunidades andinas, amazónicas y altiplánicas. Las luchas que hoy libran todos estos pueblos son batallas decisivas por la vida.
Desde 1993, la ofensiva neoliberal del capital cambió sustancialmente la legislación de tierras, la que precisamente favorece la privatización como en el caso de la lotización petrolera que abarca el 85 % del extenso territorio de nuestra Amazonía, leit motiv de las luchas desplegadas en los últimos años por los pueblos nativos de esta región. La región de Bagua se enmarca en este intensivo y acelerado proceso de privatización de las tierras comunales amazónicas. El caso de Bagua en este sentido es bastante emblemático. Lo que hemos podido observar ya sea parcial o tergiversadamente a través de los medios de prensa oficial es la lucha frontal del Estado contra los pueblos amazónicos, asentados en esta región del Dpto. de Amazonas.
Distinguimos tres fenómenos de capital importancia que se entrecruzan en esta problemática de raíces históricas. Primero, formaciones histórico- culturales de resistencia milenaria como la de los pueblos Chachapoyas y Awajún. Segundo, alta densidad poblacional indígena (al 21.6 % es uno de los 4 departamentos amazónicos con mayor población). Y tercero, según estudio de Lily La Torre (2004), existe una alta concentración de reservas petroleras. La región de Bagua integra una de las 7 cuencas sedimentarias de la selva norte, en la que se encuentra el grueso de la explotación petrolera del país, la que representa a su vez el 65% de su producción total.
Vemos que el trágico 5 de junio que conmocionó a todo el país y el mundo, no ha sido un suceso aislado. La explicación de fondo a los hechos que hemos enunciado la hallamos en la contradictoria y conflictiva relación que ha existido entre el Estado y los pueblos amazónicos. Lo de Bagua es un hecho que marca un punto de inflexión histórica en la lucha de los pueblos amazónicos y en la escena política del Perú de hoy.
Detengámonos un tanto en los antecedentes del Estado Republicano que a sangre y fuego ha reprimido estas luchas amazónicas, sus orígenes anclados en el Estado Colonial y la lógica discursiva y cultural que sustenta su derecho a la explotación:
Ha sido el Estado peruano el que ha promovido en las dos últimas décadas, la sistemática destrucción de nuestras comunidades tanto andinas como amazónicas y altiplánicas. En la base económica de esta ofensiva hallamos los intereses de la clase dominante que, como socia intermediaria se encuentra enfeudada a los grandes capitales de las corporaciones transnacionales.
El Estado como instrumento de dominación de clase juega un papel clave en el ejercicio del monopolio de la violencia.
Desde la instauración del Virreynato en el Perú, el Estado ha justificado las relaciones jerarquizadas de poder, el uso de la violencia y la represión, como formas naturales que permitan a la clase dominante alcanzar mediante el uso de la fuerza el “consenso” y la “legitimidad”. El Estado colonial tiene en esta etapa el objetivo de “garantizar el orden social y llevar a cabo la pacificación”. La evangelización patrocinada por la ideología providencialista era el instrumento par excellence, a través del cual los indios eran forzosamente obligados a asimilar los fundamentos religiosos de la doctrina católica. La política inquisitorial de la administración colonial española imponía una sola religión y un único credo. A través de la extirpación de las idolatrías se buscaba borrar de la memoria cultural de los pueblos, todo rastro de sus propias cosmovisiones y creencias.
En la actualidad, observamos en la constitución del Estado peruano del siglo XXI, el peso fuerte de la herencia colonial: el centralismo elefantiásico basado en la lógica de la economía-renta y la concentración del poder, las redes patrimoniales de la burocracia estatal (o el manejo privado de lo público) que reproducen los lazos de dependencia, etc.; son algunas de las características que ponen en evidencia los mecanismos pre-capitalistas en que se asienta de forma subdesarrollada y dependiente esta “disfuncionalidad institucional”, cuya matriz la hallamos ya desde su formación como Estado republicano, a inicios del siglo XIX. El Estado peruano como tal no ha cumplido siquiera una función moderna que se corresponda al período de crecimiento capitalista, por el cual transitoria y excepcionalmente atravesara el país entre los años 2001-junio de 2009. En este contexto, la “defensa del orden democrático y del Estado de derecho” que ordena la clase dominante por intermedio de los sucesivos gobiernos de turno, no pasa de ser una construcción discursiva que nada tiene que ver con nuestra realidad como nación en proceso de formación. La multietnicidad y la pluriculturalidad de los pueblos amazónicos, quechuas y aymaras jamás se han visto reconocidos ante un Estado que ha demostrado históricamente su naturaleza exclusiva y excluyente, enraizada culturalmente en el imaginario colonial de su hegemónica identidad criolla.
Referencias bibliográficas
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LAZO, Carlos. (1980) Economía y Sociedad en el Perú Colonial: dominio económico y movimiento social
MARIATEGUI, José Carlos. (1970) Peruanicemos al Perú
_______________________ (1996) 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana
MARX, Carlos. (1962) La génesis del Capital. Editorial Progreso. Moscú. Ex URSS.
RUMRRIL, Róger. (2008) La Amazonía Peruana. La última renta estratégica del Perú en el s. XXI o la tierra prometida. PNUD – CONAM.
SAN ROMAN, Jesús. (1994) Perfiles históricos de la Amazonía Peruana. Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía.
TORRES, Juan. (2009) El Feudalismo formal e informal en el Perú Colonial a través del derecho castellano e indiano.