Los comunistas frente al sistema de
regulaciones
Todos los
países implementan sistemas de regulaciones para que sus economías se desarrollen
en armonía social de tal modo que el excedente obtenido se redistribuya
mejorando el bienestar de sus pueblos; entonces así se invierte en un eficiente
sistema de salud y de servicios sanitarios, en educación de calidad en todos
los niveles, en optimizar y generar energía eléctrica para incrementar la
producción de bienes y servicios, también para ampliar la infraestructura como
la creación de más hospitales, más centros educativos y más vías de
comunicación para trasladar sin demora los productos a los mercados.
Así tenemos
que los trabajadores tienen asegurado el trabajo con sus derechos
adquiridos garantizados y defendidos por
su organización sindical que se respeta, las empresas pagan sus tributos como
manda la Ley y en los plazos establecidos, los bancos son obligados a
transparentar sus transacciones de tal modo que no haya movimientos sucios con
las especulaciones y son regulados para que abonen una tasa de interés a los
ahorros; eso se da y sucede en menor a mayor grado en todos los países del
mundo.
En el Perú,
desde 1990 se da todo lo contrario para el drama de la mayoría de peruanos; con
la entrada del Sr. Fujimori a la presidencia, empiezan las desregulaciones. Se
desactivó la inversión del Estado y todas las empresas fueron entregadas a los “inversionistas” extranjeros
quienes no contentos con las ventajas obtenidas (casi donaciones), exigieron
“condiciones favorables para la seguridad de las inversiones realizadas”,
¿cuáles fueron esas condiciones exigidas por los “inversionistas”?; en primer
lugar anulación de la banca especializada y apertura de agencias de bancos
extranjeros; además exigieron, “flexibilización” de la legislación laboral; así
tenemos la quiebra de todos los bancos de fomento, las mutuales y las
cooperativas de crédito, el despido de miles de trabajadores y modificación de
la legislación laboral quitando derechos, propiciando los despidos arbitrarios
y sobre todo desarticulando la organización sindical y desnaturalizando su
objetivo real.
Entonces
tenemos que en los primeros años de la década de 1990 hubo zozobra, ¡un shock!,
en el ambiente laboral que hasta ahora cuesta recuperar pero además ha seguido
y sigue el golpe a los trabajadores, a los pequeños agricultores y a los
pequeños empresarios y no podemos reaccionar apropiadamente.
Los “inversionistas”
exigieron una nueva Constitución para “garantía de sus inversiones” y el
llamado “chinito” se los dio todo en bandeja, (aquí hay un enorme problema de
corrupción aún no investigado); pero además los “inversionistas” por intermedio
de sus conspicuos voceros, la
CONFIEP, SNI; han venido exigiendo
anulación de lo que ellos llaman “sobre costos laborales”; es decir nada de
CTS, nada de gratificaciones, nada de seguro social ni pensiones, que todos
esos pagos sean asumidos únicamente por cada trabajador, si es que puede.
Las
transnacionales y sus representantes, no se quedan ahí, retienen los impuestos
año tras año y no trasladan al fisco y cuando alguien les exige cumplimiento; dramatizan
su caso y claman la aplicación de una sugestiva iniciativa: “si pagamos vamos a
despedir a muchos trabajadores, más bien hay que anchar la base tributaria”;
traduciendo a “leguaje peruano” quiere decir: obligar a que paguen impuestos
las bodegas, los mercados, los ambulantes; mientras que los grandotes se llenan
los bolsillos. Aquí recordamos la respuesta de un empresario norteamericano a
la pregunta de un periodista cuando estalló la crisis financiera en EEUU, le
dice el periodista: “Señor si ustedes pedían nada de controles, desregulación
total, ¿qué puede decir a esto?”; el empresario responde: “los empresarios
somos ambiciones, exigimos, claro, si
nos dan, siempre hay algo más que pedir”, esa es la verdad, ese es el fondo del
problema.
Últimamente
sectores populares se están dando cuenta del abuso del poder que hacen las
transnacionales y sus representantes en el País y han empezado a reaccionar,
por eso ya no se les escucha de seguido a voceros de la CONFIEP , SNI; pero sus “mejores”
representantes están en el Gobierno y en el Congreso. Ya hay una Ley Pymes
dando facilidades a las pequeñas y microempresas con recorte de beneficios
laborales, beneficios tributarios y facilidades crediticias; entonces algunos
grandes empresarios se dieron cuenta que
ahí está lo que engorda más, quebraron sus empresas y crearon varias pequeñas
empresitas para eludir una serie de pagos. Ahora, el Gobierno, en comunión con
los congresistas fujimoristas y apristas, quiere oficializar ese sistema,
recortando más derechos laborales y seguir restringiendo las libertades
sindicales.
Los
comunistas denunciamos que todo esto es un sistema perverso y corrupto que hay
que parar, denunciamos que congresistas fujimoristas y apristas están defraudando a quienes votaron por ellos,
al chantajear permanentemente al Gobierno para que acelere la
implantación de medidas antipopulares . Es el pueblo quien tiene que tomar la
decisión de tumbar este sistema podrido.
Por decir la
verdad a los comunistas nos silencian en todos los medios y piden represión
para todos los que “no se alinean al sistema”, nos acusan de “terroristas”, de
“sembrar el odio por promover la lucha de clases”; ¿no es terrorista acaso el
que quita derechos a trabajadores y paga salarios miserables? La lucha de
clases no lo han inventado los comunistas, ni Carlos Marx la inventó, él
descubrió que la lucha de clases existe desde que apareció la propiedad, donde
el propietario de bienes y servicios contrata a trabajadores, estos defienden
su salario pero el patrón quiere ganar cada vez más. Entonces los comunistas no
hemos inventado nada la lucha de clases se da permanentemente en forma natural,
todos los días en las fábricas, en los talleres en todo lugar donde haya patrón
y trabajadores.
También
dicen que los comunistas somos “dictadores”, nosotros les contestamos ¿qué
clase de sociedad es esta donde desde arriba se impone todo a la fuerza
excluyendo al otro sin siquiera escucharlo?, eso es dictadura de una clase
sobre otra. Los comunistas peleamos y exigimos que el Estado deba ser
administrado en función de las personas, para servir a la mayoría de ciudadanos
si eso es dictadura, en buena hora.
El pueblo
peruano es humilde, honesto y trabajador; no lo provoquen, la tolerancia y la
pasividad tienen su límites.
Ignacio Moreno Reyes